Chavín se encuentra ubicado en el inicio de un estrecho callejón, formado por el río Pukcha o Mosna, el que se forma con los deshielos de laCordillera Blanca y conduce sus aguas hacia el río Marañón, donde nace el Amazonas. Está pues en el corazón mismo de los Andes, a 3180 ms. sobre el nivel del mar, formando parte del llamado Callejón de Conchucos, que corre de sur a norte, paralelo al Callejón de Huaylas, formado por el río Santa que también se nutre de las aguas de la Cordillera Blanca, pero que por estar al occidente desagua en el océano Pacífico. Dos cadenas montañosas separan a Chavín del mar -las cordilleras Blanca y Negra- y dos otras cadenas lo separan de la selva amazónica: la central que se levanta entre las cuencas del Marañón y el Huallaga, y la oriental, que establece la separación de aguas entre el Huallaga y el Ucayali. Esta situación geográfica crea serias dificultades de comunicación entre las poblaciones allí asentadas, cuya proximidad relativa está mediada por la altitud y la irregularidad de la tierra. Eso crea una difícil condición de vecinos distantes. Chavín, está en un punto crucial de conexión este-oeste y norte-sur de un extenso territorio. Es una suerte de "nudo de caminos" de una región que cubre la costa y la sierra de Lambayeque, La Libertad, Cajamarca, Ancash, Huánuco y Lima. Desde Chavín, además, se puede llegar a la floresta amazónica siguiendo el curso del Marañón. Según Antonio Raimondi (1873: 205), en el s. XIX mantenía la exportación de maíz a Huaraz y Huamalíes (Huánuco) y de harina de trigo hacia Huánuco y Cerro de Pasco, del mismo modo como gente de la costa iba todos los años para adquirir ganado. Señala también que hay oro en el distrito de Uco, cerca de la desembocadura en el Marañón. Chavín está sobre una terraza aluvial asociada a un río mayor -el Pukcha- que baja desde el sur, y un tributario -el Wacheqsa- que baja abruptamente desde la Cordillera Blanca, en cuyos estribos orientales está el sitio.
CERAMICA:
En 1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra, oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que ésta se parecía a la que Max Uhle había hallado en Supe y en Ancón, atribuida a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle de Chicama, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las litoesculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra próxima al río Marañón: Chavín de Huántar. Luego de la década de 1920 comenzaron a aparecer evidencias de cerámica oscura e incisa en otros lugares de la costa y la sierra del Perú, que fue denominada erróneamente Chavín o chavinoide. Este hecho generó una gran confusión, pues, como se reveló durante la segunda mitad del siglo XX, esta cerámica en realidad se había producido a lo largo de muchos siglos y no había estado necesariamente ligada a Chavín. En la selva del río Ucayali (Tutishcainyo), en Huánuco (Wayra Jirka), en otras zonas de la sierra y en la costa los ejemplos más antiguos tienen estas mismas características. Algunos de ellos fueron establecidos por Tello e incluidos en su complejo Chavín, pero los anteriores a la época de las litoesculturas y de los grandes templos de Chavín de Huántar, no. Estos últimos se conocieron gracias a investigaciones posteriores que se hicieron en muchos lugares de la costa, como Ancón y Guañape, o de la sierra, como Huánuco (Kotosh) y Cajamarca (Pandanche y Huacaloma). En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo Inferior. En cuanto a términos de espacio, el afinamiento de los estudios realizados en base a la cerámica ha permitido distinguir diferencias regionales y locales significativas y segregar áreas en las que es reconocible alguna o ninguna vinculación con Chavín. El primero en reconocer esto fue Rafael Larco Herrera, quien reclamó la necesidad de distinguir el estilo Cupisnique -la cerámica del valle de Chicama que Tello reconocía como "Chavín clásico"- del estilo Chavín. Las investigaciones posteriores fueron dándole la razón a Larco, restringiéndose de esta manera la esfera de influencia de Chavín a los territorios de Ancash, Huánuco y Lima. Por otro lado, en las regiones de Cajamarca, Lambayeque y Jequetepeque se desarrolló una cerámica similar en algunos aspectos a la de Cupisnique, mientras que en Ica se iba desarrollando la cerámica Paracas, emparentada de alguna manera con la de la sierra de Huancavelica y Ayacucho y la de Chavín. En Apurímac, Cusco y el lago Titicaca las evidencias dan cuenta de una cerámica con rasgos propios claramente diferenciados. De este modo, la cerámica ligada a las litoesculturas que definen el estilo Chavín quedó restringida a la región centro-norte del Perú y a un período de esplendor que puede fecharse entre los siglos X y IV a. C. Es a esa época, al siglo IX, a la que pertenecen las hermosas piezas encontradas en la Galería de las Ofrendas, donde las modalidades Dragoniana, Qotopukyo y Floral tuvieron tan magnífica presencia. Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería, donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas diferentes y que había distintos centros de producción que, además, cubrían un "mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.
Julio C. Tello:
Julio César Tello Rojas (*Huarochirí, 11 de abril de 1880 - † Lima, 7 de junio de 1947), fue un destacado médico y arqueólogo peruano. Julio C. Tello fue un eminente investigador peruano en el campo de la arqueología. Descubrió las culturas Chavín y Paracas e impulsó y creó el Museo de Arqueología Peruana. Esta considerado como el padre de la arqueología peruana.
Biografía :
Nacido en la serranía de Lima 1880, sus padres, don Julián Tello y doña María Asunción Rojas fueron campesinos. Tuvo la suerte y la dicha de casarse con Olive Chessman, dama inglesa. Es considerado el padre de la arqueología peruana, porque fue el primero que se propuso estudiar, con rigurosidad y métodos adecuados, la formación y la naturaleza de las culturas antiguas del Perú, convenciendo de que era la única manera de comprender al Perú actual. Tuvo el mérito encomiable de ser uno de los primeros científicos sociales en "romper la idea dominante" de la inferioridad de los antiguos pueblos del Perú. Pues acumuló ingentes testimonios de la grandeza del pueblo peruano, en contra de los que se avergonzaban de lo genuinamente indígena. Hizo brotar literalmente de la llanuras costeñas, innumerables tumbas, templos y ciudades deslumbradoras, imágenes de dioses en oro, piedra y barro, e infinidad de evidencias de la realidad sociocultural y económica del antiguo poblador andino. Ocupó el cargo de Diputado por Huarochirí entre los años 1917 y 1929. Fundó el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos el 21 de octubre de 1919 y el Museo de Arqueología Peruana en 1924. A los 67 años de edad, Julio C. Tello contrajo cáncer a los ganglios, falleciendo el 3 de junio de 1947 en el hospital Arzobispo Loayza, dejándonos un legado inigualable.Siendo sepultado en los jardines del Museo Nacional de Arqueología y Antropologíaen la Magdalena Viejahoy Museo de Arqueología, Antropología e Historia de Pueblo Libre, según su propia voluntad. Sus estudios Concluyó su educación secundaria en el Colegio Guadalupe. Al poco tiempo conoce a don Ricardo Palma, quien en ese entonces era el director de la Biblioteca Nacional del Perú y le dio trabajo en esa institución, por lo que se despertó en él la inquietud por la ciencia y la investigación, especialmente la arqueología y la antropología. Estudió la carrera de Medicina. Se graduó el 16 de noviembre de 1908, con la tesis "Antigüedad de la Sífilis en el Perú", grado que obtuvo por aclamación en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Se doctoró en Ciencias Antropológicas en la Universidad Harvard, Estados Unidos en 1911, gracias a una beca que dicha Universidad le ofreció.
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